20 de febrero de 2015

Comer en Roma... Placeres sencillos.

La historia de la comida italiana es un tema particular, siempre, como en todo, hay más de una versión. Desde la leyenda de que Marco Polo la trajo en un viaje a China en 1271 hasta que proviene del siglo III antes de Cristo, versiones para escoger.

En lo que coincidimos es que la comida italiana es una de las favoritas de siempre; todos tenemos una especialidad italiana favorita.
Ya sea cordero, pasta fresca, una focaccia, una pizza o un gelato artesanal, siempre es buena idea dejarse llevar por consejos de quienes hayan visitado la zona. No siempre los lugares "turísticos" son los más recomendables.
Cuando veas un lugar pequeño con unas mesitas y gente amable con una sonrisa, déjate llevar por tu instinto. Muchas veces no en la calle principal, sino a la vuelta de la esquina encontrarás el sitio perfecto.
Los mercados de la calle son una excelente opción para comprar ingredientes frescos, si prefieres cocinar, en el caso de que tengas cómo hacerlo a gusto.

Comer en una trattoría es un buen plan, aprovecha tu viaje soñado para llenar tu memoria de recuerdos deliciosos. No es necesario pagar una fortuna para comer bien en Roma, los cafés frente al río suelen ser más costosos.
Date el gusto de saborear un vaso de Caffee Macchiato o unos Bucatini all'amatriciana y comparte tu experiencia con otros. Llena tu memoria de sabores por los que siempre volverás y cada vez que regreses, habrán sabores nuevos pata disfrutar.

No olvides acompañar tu comida con un buen vaso de vino, eso no puede faltar, es como el agua para los italianos. Jugo de naranja para el desayuno y vino para las comidas.



Disfruta tu estancia y comparte tu experiencia.

Foto: Artour Travel.